Existen numerosas razones por las que el cuero curtido vegetal se considera el mas elevado referente en la industria del cuero. El cuero curtido vegetal, en particular, es famoso por su robustez y resistencia: si se cuida adecuadamente, puede durar más que toda una vida.
Además de la durabilidad, el proceso de curtido vegetal también le otorga al cuero un aroma distintivo y algo dulce, que probablemente ya estás imaginando de manera automática. Y la absorción de taninos produce colores que son notablemente ricos y profundos en carácter; piensa en tonos naturales y terrosos, como el beige y el marrón.
Como el curtido vegetal no requiere recubrimientos sintéticos, el cuero puede "respirar". Como resultado, puede absorber la humedad y los aceites y formar una "Pátina". En el mundo del cuero, la pátina es un indicador de calidad y belleza estética, algo que realza el valor percibido de un producto de cuero.
Curtido vegetal vs curtido al cromo
Lamentablemente, gran mayoría de los cueros que se utilizan actualmente son "Curtidos al Cromo" representando alrededor de un 95% y dejando solo el 5% restante al Curtido Vegetal. Este método se inventó en 1858 para satisfacer la creciente demanda de cuero al final de la Revolución Industrial. En lugar de taninos vegetales naturales, utiliza una solución de productos químicos (principalmente el ácido sulfato de cromo) para curtir la piel. El principio básico es el mismo (modificar la estructura proteica de la piel) donde el proceso es considerablemente más rápido y económico, y depende más de maquinaria automatizada que de mano de obra. La calidad es considerablemente menor a un curtido vegetal, principalmente por alterar las fibras de la piel al tratarla con químicos, reduciendo su vida útil.
Es importante destacar que, debido a que el cuero al cromo no es tan poroso como su contraparte producida orgánicamente, tendrá dificultades para mostrar una pátina con el tiempo. Y si lo que buscas es ese olor a cuero por excelencia, te sentirás decepcionado (espera un aroma infundido con químicos o muy poco olor).
El curtido al cromo plantea un riesgo real para la ecosostenibilidad, en particular en los países en desarrollo con una regulación industrial limitada. La principal amenaza proviene del vertido de subproductos químicos (a menudo cromo y plomo) que pueden contaminar los ríos con carcinógenos, matar la fauna local y hacer que las tierras agrícolas no sean aptas para la agricultura.